lunes, 29 de abril de 2013

viernes, 26 de abril de 2013

martes, 23 de abril de 2013

En el solo exhalar de su aroma.

En el solo exhalar de su aroma.

Éramos dos
en una sola nave.
Donde su aliento era mi rumbo
y su dirección mi norte.
Timón en mano,
velas al viento,
mar y oleaje.
No había más  horizonte
que la gloria en su navío,
ni más rumbo
que la tierra entre sus brazos.
Sobre el castillo de proa
la inmensidad del océano
parecía diminuta en su mirada.
Se anclaba al infinito.
Hasta la cubierta de mi alcázar ,
entre el palo mayor y la popa
llegaban sus vientos
en el solo exhalar de su aroma.
Aseret 4 13

sábado, 13 de abril de 2013

jueves, 4 de abril de 2013

miércoles, 3 de abril de 2013

Alma dormida de José Hierro.



Me tendí sobre la hierba entre los troncos
que hoja a hoja desnudaban su belleza.
Dejé el alma que soñase:
volvería a despertar en primavera.

Nuevamente nace el mundo, nuevamente
naces, alma (estabas muerta).
Yo no sé lo que ha pasado en este tiempo:
tú dormías, esperando ser eterna.

Y por mucho que te cante la alta música
de las nubes, y por mucho que te quieran
explicar las criaturas por qué evocan
aquel tiempo negro y frío, aunque pretendas

hacer tuya tanta vida derramada
(era vida, y tú dormías), ya no llegas
a alcanzar la plenitud de su alegría:
tú dormías cuando todo estaba en vela.

Tierra nuestra, vida nuestra, tiempo nuestro...
(Alma mía, ¡quién te dijo que durmieras!)

De "Agenda" 1991

Alegría interior de José Hierro.



En mí la siento aunque se esconde. Moja
mis oscuros caminos interiores.
Quién sabe cuántos mágicos rumores
sobre el sombrío corazón deshoja.

A veces alza en mí su luna roja
o me reclina sobre extrañas flores.
Dicen que ha muerto, que de sus verdores
el árbol de mi vida se despoja.

Sé que no ha muerto, porque vivo. Tomo,
en el oculto reino en que se esconde,
la espiga de su mano verdadera.

Dirán que he muerto, y yo no muero.¿Cómo
podría ser así, decidme, dónde
podría ella reinar si yo muriera?

De "Alegría" 1947

Alegría de José Hierro.



Llegué por el dolor a la alegría.
Supe por el dolor que el alma existe.
Por el dolor, allá en mi reino triste,
un misterioso sol amanecía.

Era alegría la mañana fría
y el viento loco y cálido que embiste.
( Alma que verdes primaveras viste
maravillosamente se rompía. )

Así la siento más. Al cielo apunto
y me responde cuando le pregunto
con dolor tras dolor para mi herida.

Y mientras se ilumina mi cabeza
ruego por el que he sido en la tristeza
a las divinidades de la vida.

De "Alegría" 1947



martes, 2 de abril de 2013