sábado, 15 de marzo de 2008

Poema. Déjame que te diga...



Edvard Munch: Consolation, 1894 (Munch Museet, Oslo)



Déjame que te hable
-del hambre y de su muerte mientras siento-
como la desesperanza cincela el cuerpo de esta piedra
y la quebranta hollando al camino.
Tengo que escribirte.
Tienes que dejar que te escriba.
Me causa tanto delirio e intemperancia,
como despropósito o locura este estado inapetente,
que nunca sanaron en mi las heridas del alma
vivas en esta razón.
...

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