domingo, 27 de enero de 2008

Teresa. Entre andares.

Como voy entrando en tu cuerpo
voy dejando de escuchar en otros
mis propias naderías.
No pesan tanto las telenovelas
como el amor que siento
al contacto con tu piel.

Cierro los oídos
a las voces oscuras
del deseo mundano.
Mis labios,
a los oídos obtusos
del que ni entra ni sale.
A los que viven guardando en la cueva
los secretos del espíritu.
Y mueren viejos.

Cierro mis manos cuando palpo y amarro
la parte más hermosa de mi vida.
Donde pierdo el sentido y me desvanezco.
Donde vuela tan lejos mi pensamiento
que siento liberada el alma. .

A veces soy tan yo misma que no deseo regresar
y tengo que construir de nuevo un camino hacia mi cuarto
para dar testimonio de que también existe tu voz en mi palabra.

...

27-1-08

sábado, 26 de enero de 2008

jueves, 24 de enero de 2008

Pacto en la madrugada. Canción del adúltero.

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Max Aub.

Max Aub. Juan Plasencia. Canto gnóstico de Cristo.

Música: Juan Plasencia.

Letra: Max Aub.

Imágenes: Hotel Astoria, Fuente y Sagrada Familia, Barcelona.

miércoles, 23 de enero de 2008

martes, 22 de enero de 2008

Teresa. Juego infantil de pelota.



Música: Tchavolo swing.

-Regular.
(vida y gloria)
-singular.
(de la historia)
-sin reír.
(la sonrisa)
-sin hablar.
(mona y lisa)

-Pie celeste.
(camino largo)
-trasparente.
(recortado)
-mano rosa.
(del perfume)
-dolorosa.
(y del pasado)

-De puntillas
(en el silencio)
-de tacones.
(con los dragones)
-a mis siete aviones.
(como fresas y agua)
-que bombardeaban
-bajo sus refugios.


-Atrás y adelante.

(dentro y fuera)
-a mis estudiantes.
(Cuando la luz espera)
-A la caracolilla
(huellas en el aire)
-a plantar semillas.
(a plantar semillas)

-A mi capitán.
(al que saludo)
-a mi coronel.
(al que obligare)
-qué en Paris esté...
-y en mí también.


...

28-12-2004.

domingo, 20 de enero de 2008

Ricardo Sandoval. Un segundo de lucero



De Ismael Querales.

Teresa. Me arrancaron de tu vientre ad líbitum.



Me arrancaron de tu vientre
y no llegué a sentirme parida.

Para tus ojos fueron mis carnes
solo mejillas amanecidas del verde.
Se te olvidó que mucho antes, en la gestación de tu sol
estas manos no sembraron reproches
ni en los adentros de tu piel ni en el presente de tu paisaje.

Hoy que soy roja como la manzana
y amarilla caminando entre las calles
siento los gusanos correr por mis venas.
...
15-10-06

sábado, 19 de enero de 2008

JEANETTE

""

Corazón de poeta

viernes, 18 de enero de 2008

Dimensión perlocucionaria.

En este momento
con el aroma del ya
digo te amo y te quiero.

Con este aroma
desde el ya y su momento
miro a tus ojos y me entrego.

Desde el ya
como momento y aroma
siento que hablar es andar con los pies.

Y escribo en silencio.

...

18,1,08

Teresa. ¿Qué es el mar? !Dime! Qué es el mar... sino tus ojos.



Música: (Gerson garcía) Interprete: Ricardo Sandoval. Nostalgia.

Qué es el mar sino tus ojos
donde prenden como fuego las estrellas
donde nacen los caminos como estelas
y nos brotan como naves las montañas.

Qué es el mar sino tus ojos
cuando fluyen con el viento en oleaje
y comulgan con tu pecho en largo viaje
conjugando estos pasos en veredas.

Qué es el mar sino tus ojos
el orvallo que se mezcla con el viento
la frescura que despierta en cada cuerpo
golpeado con ternura y con su fuerza.

Qué es el mar sino tus ojos
aparejos que dormitan entre bueyes
a la orilla del arado y de sus leyes
como espejo de una luna que se ahuyenta.

¿Qué es el mar?
¡Dime!
Qué es el mar ... sino tus ojos

...

26,12,04

martes, 15 de enero de 2008

sábado, 12 de enero de 2008

martes, 8 de enero de 2008

No sé porqué, pero es así.

A un paso de hallarme en el olvido
recupero la memoria
en el regazo de tus labios.

Palpada o palpando benevolencias.
Raptada o raptando serenidades
vibran las palabras en mi boca
con el entendimiento y la calma en el abrazo :

-La única parte de esta historia que no extravío entre los tactos-
... O sí.
8-1-08
Para los ciclópatas...
Gato escuchando musica Techno (bajo los efectos del Extasis/GHB)

Gato escuchando musica Hip Hop.

Gato escuchando musica House

sábado, 5 de enero de 2008

Max Aub. Crímenes ejemplares.

""

Hacía un frío de mil demonios. Me había citado a las siete y cuarto en la esquina del Venusitano Carranza y San Juan de Letrán.
No soy de esos hombres absurdos que adoran el reloj reverenciándolo como una deidad inalterable. Comprendo que el tiempo es elástico y cuando le dicen a uno a las siete y cuarto, lo mismo da sean las siete y media.
Tengo un criterio amplio para todas las cosas, siempre he sido un hombre tolerante: un liberal de la vieja escuela. Pero hay cosas que no se pueden aguantar por muy liberal que uno sea. Que yo sea puntual a las citas no obliga a los demás sino hasta cierto punto; pero ustedes reconocerán conmigo que éste punto existe.
Ya dije que hacía un frío espantoso. Y aquella condenada esquina estaba abierta a los cuatro vientos.
Las siete y media, las ocho menos veinte, las ocho menos diez, las ocho. Es natural que ustedes se pregunten porqué no le dejé plantado. La cosa es muy sencilla: yo soy un hombre respetuoso de mi palabra, un poco chapado a la antigua, si ustedes quieren, pero cuando digo una cosa, la cumplo. Héctor me había citado a las siete y cuarto y no me cabe en la cabeza faltar a una cita.
Las ocho y cuarto, las ocho y veinte, las ocho y veinticinco, las ocho y media; y Héctor sin venir. Yo estaba positivamente helado: me dolían los pies, me dolían las manos, me dolía el pecho, me dolía el pelo. La verdad es que si hubiese llevado mi abrigo café, lo más probable es que no hubiera sucedido nada. Pero ésas son las cosas del destino y les aseguro que a las tres de la tarde, hora en la que salí de casa, nadie podía suponer que se levantaría aquel viento.
Las nueve menos veinticinco, las nueve menos veinte, las nueve menos cuarto. Tránsido, amoratado.
Legó a las nueve menos diez: tranquilo, sonriente y satisfecho. Con su grueso abrigo gris y sus guantes forrados:
- ¡Hola, amigo!
Así, sin más. No lo pude remediar: le empujé bajo el tren que pasaba.

viernes, 4 de enero de 2008

jueves, 3 de enero de 2008

Teresa. Vestida.Vestida para el oído.


Los peces plateados
del otro lado del Atlántico
se han mostrado como hologramas
sobre mis párpados,
para colarse como propios
por los oídos.
Los peces almibarados del casi olvido
me han cimbreado,
para seguir despertando
lo que estuvo dormido.
Abrir los ojos a los minutos
de ciento veinte segundos
para multiplicarlos aun más
y embeberlos enjutos.
Los peces del otro lado,
del lado del otro,
en el que yo he vivido
me han empujado a desatar los lazos,
a comprometerme.
a evaporizar lo que se ve
para dar paso a lo que se siente.
...
28-12-03