domingo, 6 de febrero de 2011

Bendita tu luz - Mana y Juan Luis Guerra



Convivo en la orilla de la permanencia
donde mi yo en el otro
no entiende de continuidad ni prontitud.

Es tan inmensa esta nada en su todo.

Se van alternando detalle y generalidad
como el otro se mezcla en mi yo
y queda libre en la memoria
del silencio y del mutismo
con la ensordecedora conquista de un nosotros.

El todo es tan inmenso en su nada.

Modular con el tono de la voz esta ausencia,
atender su frecuencia en el tiempo,
articular el abandono y su recorrido
transforma en reserva lo dado y aceptado
como custodia en su dejadez e indefensión.

Es tan inmenso este abandono.

Terminamos donde todo termina ,
empezando de nuevo en nuestros “ yo “
junto a uno mismo, análogo ser,
creado con las bondades contiguas ,
correlativas y reciprocas de un nuevo mundo
evolutivo y cambiante.

Nos hemos abandonado a la nada.

La abstracción es un don divino
como es gloriosa la metáfora en su forma
y bienaventurada la alegoría del alma
en su camino, más no de igual modo
pues nos lleva a enderezar el paso
con diferente norma.


Somos únicos y distintos.
Hijos de esta luz
y padres en esta sombra.
Y sin embargo …
¡Tan parecidos!

aseret 11

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