martes, 23 de abril de 2013

En el solo exhalar de su aroma.

En el solo exhalar de su aroma.

Éramos dos
en una sola nave.
Donde su aliento era mi rumbo
y su dirección mi norte.
Timón en mano,
velas al viento,
mar y oleaje.
No había más  horizonte
que la gloria en su navío,
ni más rumbo
que la tierra entre sus brazos.
Sobre el castillo de proa
la inmensidad del océano
parecía diminuta en su mirada.
Se anclaba al infinito.
Hasta la cubierta de mi alcázar ,
entre el palo mayor y la popa
llegaban sus vientos
en el solo exhalar de su aroma.
Aseret 4 13

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