martes, 14 de octubre de 2014

Respirar es un anhelo al igual que un desorden.

Un pie le habla al  otro pie
y el paso queda en silencio.
“Caminar es un anhelo”, dijo uno,
“Al igual que un desorden”, dijo el dos.

Mientras,
la tierra abraza al camino , 
el sol  dora con  su luz
la tristeza que perfilan sus sombras.
No sopla el viento en este mes de julio,
“Calma chicha que avecina tormenta”.

El agua que mana de los cielos es salada
y a la tierra la ha vuelto marchita,
pálida y malherida,
pidiéndose a su vez, ser arena.

El camino marcha en busca del horizonte
donde la espesura invade por secano el regadío,
donde los troncos desaparecen
bajo las ramas de los árboles.

Ya no distingo las hojas de los tallos.
Ni el vuelo de los pájaros del lecho de sus nidos.
"Solo el  bosque".

El calor del estío es frío como la nieve.
Ya no prende el fuego que arde más allá del aliento
que  no nace de su cuerpo
ni de su boca,
ni de sus labios.
Más allá de mi pecho.

Respirar es un anhelo al igual que un desorden.

Aseret.
15 10 2014



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