Si bien huyo del frío
tampoco prendo en la hoguera.
Quedo en las cenizas cenicientas
que no vienen a cuento,
o en el humo suspendido
que se alejó de la llama.
Cómo sorda y ciega
me enredo
en su singular silueta,
danzando el pensamiento ,
que ni fluye,
ni se dispersa.
aseret 4-11
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