sábado, 15 de octubre de 2011

El país de los sueños

Era un inmenso campamento al aire libre.
De la galera de los magos brotaban lechugas cantoras y ajíes luminosos, y por todas partes había gente ofre- ciendo sueños en canje. Había quien quería cambiar un sueño de viajes por un sueño de amores, y había quien ofrecía un sueño para reír en trueque por un sueño para llorar un llanto bien gustoso.
Un señor andaba por ahí buscando los pedacitos de un sueño, desbaratado por culpa de alguien que se lo había llevado por delante: el señor iba recogiendo los pedacitos y los pegaba y con ellos hacía un estandarte de colores.
El aguatero de los sueños llevaba a agua a quienes sentían sed mientras dormían. Llevaba el agua a la es- palda, en una vasija, y la brindaba en altas copas.
Sobre una torre había una mujer, de túnica blanca, peinándose la cabellera, que le llegaba a los pies. El pei- ne desprendía sueños, con todos sus personajes: Los sueños salían del pelo y se iban al aire.

Eduardo Galeano del libro de los abrazos.

No hay comentarios: