lunes, 2 de febrero de 2009

Para llorar!!!

No quiero mirar,
tus ojos hablan de quien fui.
Del beso en la herida de la furia,
de la buena escucha en los atardeceres del ocaso.
De la palabra cálida en el dolor ajeno
desde un espejo sin aristas.
De la luna en plena noche
prendida en la llama de un humilde candíl.
De la fuerza en el abrazo del perdón
concebido para redimir los pecados.
De la sensatez que trasluces,
a pesar de la locura escrita en tus ojos
o en los míos.
De la calma en las mareas,
de los barcos en tus océanos,
de las tardes al terminar el día
con el tiempo robado a los quehaceres.
De la virilidad del sexo femenino,
de las alas perdidas de aquel ángel
que perdió sus plumas al bajar a la tierra
y sentir el frío y el calor
el hambre y la saciedad en el cuerpo como delito.
¿Y de qué le sirvió?
Siempre para negar a Dios.
...

6 comentarios:

Luisa Arellano dijo...

Me alegra que ya hayas regresado, Teresa.

Vuelves pletorica de versos en tu línea de voz en alto.

Un abrazo muy grande.

cristal00k dijo...

Estuvo bien, si pudo escoger...
amiga mía.
Precioso.

Unknown dijo...

me encantó AsereT! precioso poema que recorre un buen trecho de contrastes con gran belleza de palabras, transmite mucho, perfecto final, un abrazote!

Aseret dijo...

Gracias Luisa por volver siempre. Yo no puedo estar mucho rato quieta en un mismo sitio, así que voy y vengo. Leo y escribo. Callo. Hablo. Silencio y escucho. Y entonces , voy y vengo. Y llego, pero entonces siento que debo volver a marchar para volver a estar aquí otra vez.
Ya ves un lio... pero es mi manera de vivir y parece que también mi forma de pensar.

Besotes corazón, me gusta leerte.

Aseret dijo...

Gracias Cristal por volver a leer en mi blog.

Encuentro una parte dentro de nuestro ser que clama su libertad,más allá de las creencias culturales y religiosas y es esa parte de nosotras es la que quiero conocer y en mi, domesticar... si se deja.

Besotes Cristal y gracias de nuevo por tus comentarios.

Aseret dijo...

Muchas personas se sienten desamparadas en momentos de lucha. Ni tan siquiera Dios se atrevió a darles esperanza en este mundo, y nos creó otro.
Pero yo sigo preguntandome, ¿Por qué no en éste que es donde vivimos ahora?
Así que muerto Dios, miro hacia los hombres que somos aquí en la tierra los que hacemos que sucedan las cosas.

Gracias Cris, un fuerte abrazo.
Y muchos besotes!!!